Vés al contingut

Rodolfo Chikilicuatre: La Biografia

Una de les imatges de la revista del ChikilicuatreLA FOTONOVELA:

¿Quién es Rodolfo?

Rodolfo Chikilicuatre nace en Buenos Aires en 1972 en el seno de una modesta familia. Cuatro años después, la familia se trasladó a San Martín de los Andes, donde pasó una feliz infancia. Antonio, su padre, traspasó su amor por la música al pequeño Rodolfo. Le regaló la primera guitarra, a la que empezó a coger cariño. Sobre todo, cuando poco después le regaló también las cuerdas y el pequeño Rodolfo descubrió que tenía un don especial. Como errar es humano, no hay familia más humana que los Chikilicuatre. Rodolfo nunca llegó a defraudar el lema de sus ancestros “Si te equivocas, échale ritmo”.

Con la llegada de la adolescencia y las hormonas a tutiplén, Rodolfo se vuelca en la composición de su primer tema. Rodolfo queda marcado tras leer unas declaraciones en las que Bob Dylan asegura que ser un gran artista genera grandes quebraderos de cabeza. A partir de ese momento, Rodolfo sólo compone cuando tiene jaqueca y lo probará todo para conseguir la inspiración. En un momento de euforia, Chikilicuatre decidió emprender su camino en solitario por la vida. Abandona su casa y se lanza al mundo en busca de nuevos horizontes musicales. De esa época destacaremos la canción “Sin ton ni son, ni sí ni no”, así como la road song “No se adónde voy ni de dónde vengo”.

Los locales de Ciudad Juárez fueron testigo de las primeras actuaciones de Rodolfo. Sus expectativas musicales se limitarán a la música del tiovivo en el que entra a trabajar, 14 horas al día durante tres años. Sus composiciones se caracterizarán en el futuro por una misma pieza repetida varias veces en loop. Su fino olfato para el éxito le llevó a viajar a Albania. El gobierno le contrató para actuar en fiestas de pueblo, como clara demostración de la decadencia de la música occidental. Chikilicuatre se definía por entonces de forma peculiar. Combinación ideal para salir corriendo después de los conciertos. Con la caída del telón de acero, Rodolfo da el salto a España.

Recién aterrizado en Barcelona, y como todos los inmigrantes, desempeñó labores que ningún trabajador nacional quería realizar, como concursante de “Saber y Ganar” o “leedor de instrucciones”. Rodolfo recuerda con nostalgia aquellos días en que se pasaba por las casas de particulares a leer las instrucciones de un DVD nuevo, un equipo  HIFI, un televisor etc. Compaginó este trabajo con su vocación musical tocando en varias estaciones de metro. Conocedor de sus limitaciones, decidió perfeccionar su técnica de guitarra. Para ello decidió suscribirse a un curo a distancia. Lo más valioso de aquel curso fue la “púa” que regalaban con la primera entrega. Si hubiese que definir la carrera artística de Rodolfo en cuatro palabras, “gloria” aparecería en un lugar destacado. “Sin pena ni…” serían las otras tres. Pero la leyenda comenzaría a forjarse cuando durante un encuentro familiar, Fito, su sobrino, le ofrece compartir piso y pasión por la música. De hecho compartían también la almohada, al dormir juntos por falta de espacio. De tan estrecha colaboración, nace el himno generacional “Baila el chikichiki”, con una música desenfrenada y una letra audaz que reflejaba las inquietudes sociales de su actor.

 

El look:

El tupé es una de las señas de identidad de Rodolfo. Al igual que tantos otros referentes en el pasado, le da carácter y magnetismo sobre el escenario. Leyendas de la música como Elvis Presley, iconos del pop-rock ochentero español como Tennesee o personajes del celuloide, como el histórico Danny Zucko de Grease, han hecho del tupé un icono inolvidable. Rodolfo es el nuevo paso en su evolución. Ante el revival del tupé como forma de vida artística y el éxito que le ha reportado a Rodolfo ¿Qué otros grandes nombres del espectáculo deberían asumirlo como método para reconducir sus carreras erráticas? Elton John, Uri Geller y Michael Jackson. Aunque no lo parezca, el escultórico tupé del que hace gala Rodolfo en el escenario es fruto de muchas horas de acicalamiento ante el espejo. Su imagen no sería lo mismo sin ese monolito engominado negro sobre su testa.

Para salir a escena, Rodolfo Chikilicuatre se dota de un look entre retro y suburbial, como homenaje a sus ídolos y a sus humildes orígenes. Como buen fan de la estética setentera, Rodolfo completó su atuendo con una camisa solapón de color lila, en claro homenaje a las que lucieron en su momento personajes de la talla de Tony Manero. Se desconoce si Tony Manero se siente honrado ante tal homenaje.

El colgante que lleva Rodolfo en el cuello es su talismán personal: le acompaña desde sus primeros pasos como artista en la lejana Albania. Siempre le ha dado suerte (o eso considera él), y no se separa de tan curioso adorno ni a sol ni a sombra.

A diferencia del colgante, Rodolfo no siente especial cariño por las pulseras que lleva en las manos, pero fueron un regalo de su madre, y ella insiste en que las lleve siempre.

Rodolfo examinó minuciosamente muchos modelos de chaleco antes de encontrar el definitivo, que aúna elegancia y discreción.

El arrebatador atuendo de Rodolfo no depende únicamente de varios elementos bien escogidos: requiere varias horas de preparación delante del espejo para conseguir el efecto que le convierte en un animal del escenario. ¡Y es que nuestro Rodolfo es todo un choqueto!

 

El festival y la música:

Después de probar con todo tipo de personajes musicales a lo largo de los años, Rodolfo es la apuesta que triunfará donde otros han fracasado. Por ejemplo las Ketchup, su “Bloody Mary” no encandiló al público, pese a lo monas que eran y su espíritu “cañí”. O también Azúcar Moreno, “Bandido” tampoco se llevó el gato al agua, ¿tal vez si lo huberan intentado con su “Caramba”? También tenemos a Remedios Amaya que nadie quiso manejar su barca y la pobre acabó en lo más debajo de la tabla,más tarde se reconoció su arte como merecía. No sólo España lleva una propuesta “original” al festival, sino también Bosnia, en el 2008, Finlandia, en el 2006, Grecia, en el 2002, Irlanda, en el 2008 y Austria, en el 2003. Media Europa parece haberse vuelto loca y la cosa no es precisamente nueva.

En su versión oficial el chiki-chiki tiene cuatro pasos básicos: El brikindance, el crusaíto, el Miquel Yason y el robocop. Pero en su fase de desarrollo, se propusieron otros: El patmorita, el bulletaim, el dragonbol y el güilifog.

Según Rodolfo las canciones del verano, cuanta menos letra tengan mejor. Todo sirve para tomar unas copas al sol y derramar gracia y salero sobre el público más tostado.

Chikilicuatre no le hace asco a ningún género musical. Le auguramos un futuro en el que podría llenar salas un concierto tras otro y rehacer los grandes clásicos musicales. Rodolfo aúna imagen y talento musical. Desde el ritmo latino hasta el pop más ochentero, pasando por el heavy metal más clásico o el grunge por antonomasia, no hay género que se le resista.

 

Rodolfo’s World:

Rodolfo se ha convertido de inmediato en un ídolo de masas, a la altura del mismísimo David Beckham. Podría patrocinar mucha variedad de productos como: Laca, tazas, camiseta, toalla, DVD etc. El se atreve con todo. No hay clásico cinematográfico que no fuera capaz de reinterpretar. El potencial mediático de Rodolfo es vasto como el mar. No hay personajes de videojuego que no pueda reinterpretarse desde la óptica chikilicuatriense. Tom Raider, la “exploradora” de tumbas más popular del mundo merece por derecho propio un remake protagonizado por nuestro héroe. Imagínensela bailando el “brikindance” mientas corre sus aventuras. The legend of Zelda, Link ha vivido todo tipo de aventuras desde su primer título pero sin duda reinterpretando por Rodolfo viviría la más extraña de todas. Metal Gear, Rodolfo no es un experto militar, pero su carisma está a la altura de una de las sagas de videojuegos más famosa de todos los tiempos. Una unión invencible, sin duda.

 

Rodolfo’s way of life:

Desde su padre Antonio, que le inculcó el amor por la música, hasta su madre o su sobrino, Fito, la familia Chikilicuatre es única, en todos los sentidos.

Aunque Rodolfo no conocía a sus dos bailarinas, la química entre el trío ha sido inmediata. Y, muy en el fondo, nuestro colega Chiki no pierde no pierde la esperanza de ser algo más que un “amigo” para ellas.

Nadie mejor que el propio Chiki para definir su personalidad y su música. He aquí algunas declaraciones en exclusiva en boca del propio artista:

“Un amigo mio el Re-Culto dice que el “Chiki Chiki” es la iríada de la canción, el ciudadano Kane de Reggaeton, la Mona Lisa de la Coreogradia etc, es re-loco”.

“El chiki chiki te invade de los pies a la cabeza. Tiene algo especial como sólo tienen canciones como “obladí obladá” o “tractor amarillo”.

“Tabueno, hay bebés cuyos primeros pasos son el brikidance, el crusaíto, el maiquelyason y el robocop”.

“De hecho algunos pibes han descubierto que tienen cabeza al verse invadidos por la canción”.

Rodolfo es tan icono mediático como ideológico, y como tal es capaz de replantear algunas de las frases más populares de los últimos tiempos: ¿Te gusta perrear?, Chiki… What else?, no chiki, no way, Be Chiki, my firend, Chiki te quiere ayudar.

No comments yet

Deixa un comentari